Cada una de estas pequeñas criaturas habita en un "coralito", como un edificio de apartamentos submarino. Crean estos hogares subacuáticos a partir de los esqueletos pétreos de sus antepasados muertos. Los pólipos segregan carbonato cálcico (piedra caliza) como pegamento para mantener unidos sus coralitos. Aunque trabajan juntos como una comunidad, cada pólipo tiene su propio espacio, su propia boca y su propio conjunto de tentáculos diminutos con un agente urticante que paraliza su alimento. Cada pequeño ser desempeña un papel crucial en la construcción de las encantadoras y coloridas ciudades submarinas que son el hogar esencial de multitud de peces y criaturas del arrecife.

“Por favor, haz que nuestro comportamiento sea más fácil de entender…”

Si los corales pudieran hablar, pedirían a los científicos marinos que utilizaran palabras más sencillas para ayudar a educar al público. Palabras como "zooplancton" y "bacterioplancton" son demasiado largas para describir las diminutas partículas marinas que comen. Y "zooxantelas" es una palabra muy larga para designar a las algas microscópicas que viven dentro de los pólipos y les proporcionan la mayor parte de su nutrición mediante la fotosíntesis. Es una relación mutuamente beneficiosa, ya que el coral les proporciona una cubierta protectora para albergarlas.

Su comportamiento reproductivo también es complejo. La mayoría de los corales se reproducen mediante un proceso llamado "desove al voleo". Cada año se inspiran en el ciclo lunar para liberar simultáneamente huevos y espermatozoides en un acontecimiento que parecen fuegos artificiales bajo el agua. Si está certificado para bucear, es un espectáculo que debería encabezar su lista de cosas que hacer antes de morir.

“Por favor, admíranos desde lejos…”

Si los corales pudieran hablar, te pedirían que mantuvieras las distancias. Cada vez que tocas un coral, aunque sea levemente, dejas rastros de toxinas que los pólipos pueden ingerir y enfermar. Una presión fuerte puede aplastar a estas frágiles criaturas. Y ni que decir tiene que pararse en un arrecife es una sentencia de muerte garantizada para ellos. Además, patear arena en su dirección, con los pies o las aletas, también puede asfixiarlos. Están indefensas ante nuestras agresiones involuntarias. Por tanto, sea muy consciente de lo que hace al nadar, bucear o hacer snorkel cerca de los arrecifes de coral.

“Por favor, haz tu parte para mantener limpios nuestros océanos…”

Si los corales pudieran hablar, estamos seguros de que te pedirían que no dejaras basura en las playas que pudiera acabar en el mar. También te pedirían que evitaras los plásticos de un solo uso. Conserva el agua, recicla siempre que puedas y utiliza cremas solares seguras para los arrecifes que no contengan sustancias químicas nocivas. También te pedirían que dejaras en paz a los antepasados muertos que puedas encontrar en la playa. Las conchas, los trozos de coral e incluso las rocas desempeñan un papel importante para frenar la erosión de las playas. Y, por supuesto, nunca compres recuerdos hechos con algo vivo del mar. Cada pequeña acción puede marcar una gran diferencia.